Death Note La película
Por: Darío Valle Risoto
Tengo la ventaja que se muy poco del manga/anime que inspira a esta cinta ya que si bien le conozco desde hace tiempo no lo he bajado a cuenta de que tengo varias sagas completas de animes en carpetas que aún ni les he pegado el ojo.
Esta noche vi la versión con gente de “a de veras” y aunque doblada al español cosa que sin querer ofender a mis amigos de la península ibérica es bastante jodido cuando uno ve a japoneses decir cosas como__ Me los he cargado chaval. Bueno, hay que aprovechar lo que se consigue.
La obra va del más grande asesino serial de todos los tiempos, cada vez que escribo o pienso en “Asesino serial” no puedo evitar recordar que Alejandro Dolina contaba en un programa que en el barrio tenía un “Asesino Cereal” que corría a la gente y le pegaba con un paquete de Kelloggs en la cabeza. Perdón por el lapsus.
Kira encuentra que es más sencillo escribir el nombre de los criminales en un misterioso cuaderno recibido quién sabe de donde que estudiar derecho y encerrar a los criminales (¿El Infierno, el Vaticano, las viejas del barrio que piden seguridad?) y por lo tanto desde Japón se extiende al mundo una ola un tanto fascista de depuración de la gente jodida lo que amerita una investigación de la policía internacional que se me ocurre que es más porque temen encontrarse sin trabajo que por un tema altruista.
Aquí debo detenerme en que me pone en un verdadero problema seguirle el hilo a este tipo de películas cuando todas las japonesitas que aparecen en pantalla están como para masticarlas pero la verdad que lo tenía que decir (Me obliga mi siquiatra), vamos… Volviendo a Death Note debo aclararles de nuevo que me refiero al primer filme, me acabo de enterar que hay tres al bajar algunas fotos para este articulo así que espero seriamente que el benemérito Zardoz me las cuelgue todas en su prestigiosísimo blog (Hay que decir estas cosas para que me haga caso)
Kira comienza bien, después de todo sincerémosnos porque a todos nos dibuja una sonrisita hitleriana el saber que violadores, asesinos y cobradores de impuestos van muriendo de ataques cardíacos a la sola escritura de sus nombres por este extraño héroe. Pero un gran poder encierra una gran responsabilidad (¿De donde saque esto?) y entonces el nipón comienza a matar a policías (Tampoco es para tanto) y aquí la cosa se complica bastante. Olvidé mencionarles también que un demonio de nombre impronunciable le acompaña parte del tiempo mientras come manzanas y goza de ver la caída de este joven en las garras de la demencia criminal.
Y entonces aparecerá como el súper detective EMO llamado simplemente “L” (Será por Lamentable) que se la pasa comiendo dulces, es medio afeminado (¿Medio?), se chupa el dedo, vive en cuclillas y tratando de ponerle la vida difícil a este criminal sin saber que el mismo jefe de policía es su padre… ya les conté demasiado, a verla chavales aunque sea con acento de los Madriles que vale la pena.
Por: Darío Valle Risoto
Tengo la ventaja que se muy poco del manga/anime que inspira a esta cinta ya que si bien le conozco desde hace tiempo no lo he bajado a cuenta de que tengo varias sagas completas de animes en carpetas que aún ni les he pegado el ojo.
Esta noche vi la versión con gente de “a de veras” y aunque doblada al español cosa que sin querer ofender a mis amigos de la península ibérica es bastante jodido cuando uno ve a japoneses decir cosas como__ Me los he cargado chaval. Bueno, hay que aprovechar lo que se consigue.
La obra va del más grande asesino serial de todos los tiempos, cada vez que escribo o pienso en “Asesino serial” no puedo evitar recordar que Alejandro Dolina contaba en un programa que en el barrio tenía un “Asesino Cereal” que corría a la gente y le pegaba con un paquete de Kelloggs en la cabeza. Perdón por el lapsus.
Kira encuentra que es más sencillo escribir el nombre de los criminales en un misterioso cuaderno recibido quién sabe de donde que estudiar derecho y encerrar a los criminales (¿El Infierno, el Vaticano, las viejas del barrio que piden seguridad?) y por lo tanto desde Japón se extiende al mundo una ola un tanto fascista de depuración de la gente jodida lo que amerita una investigación de la policía internacional que se me ocurre que es más porque temen encontrarse sin trabajo que por un tema altruista.
Aquí debo detenerme en que me pone en un verdadero problema seguirle el hilo a este tipo de películas cuando todas las japonesitas que aparecen en pantalla están como para masticarlas pero la verdad que lo tenía que decir (Me obliga mi siquiatra), vamos… Volviendo a Death Note debo aclararles de nuevo que me refiero al primer filme, me acabo de enterar que hay tres al bajar algunas fotos para este articulo así que espero seriamente que el benemérito Zardoz me las cuelgue todas en su prestigiosísimo blog (Hay que decir estas cosas para que me haga caso)
Kira comienza bien, después de todo sincerémosnos porque a todos nos dibuja una sonrisita hitleriana el saber que violadores, asesinos y cobradores de impuestos van muriendo de ataques cardíacos a la sola escritura de sus nombres por este extraño héroe. Pero un gran poder encierra una gran responsabilidad (¿De donde saque esto?) y entonces el nipón comienza a matar a policías (Tampoco es para tanto) y aquí la cosa se complica bastante. Olvidé mencionarles también que un demonio de nombre impronunciable le acompaña parte del tiempo mientras come manzanas y goza de ver la caída de este joven en las garras de la demencia criminal.
Y entonces aparecerá como el súper detective EMO llamado simplemente “L” (Será por Lamentable) que se la pasa comiendo dulces, es medio afeminado (¿Medio?), se chupa el dedo, vive en cuclillas y tratando de ponerle la vida difícil a este criminal sin saber que el mismo jefe de policía es su padre… ya les conté demasiado, a verla chavales aunque sea con acento de los Madriles que vale la pena.
L: Un Emo que no solo se chupa el dedo
Ryuk un Shinigami que acompaña a Kira en sus aventuras
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